La inversión pública se sitúa en 2017 en mínimos de 50 años


Las Administraciones invirtieron el año pasado en torno al 1,9% del PIB. La partida pierde unos 30.000 millones de euros respecto a los máximos anotados en 2009

Aunque todavía con datos preliminares, las cifras de contabilidad nacional apuntan que la inversión pública quedará en 2017 en cotas similares o incluso por debajo de las de 2016. En ese año, la inversión del conjunto de las Administraciones Públicas cayó hasta el 1,9% del PIB, su valor mínimo desde 1970 según el Banco de España. Esta ratio es la menor de toda la UE, solo por encima de la de Portugal y al mismo nivel que Irlanda. Desde 2009, año excepcional por el Plan E de Zapatero, esta partida se ha desplomado en más de 30.000 millones hasta situarse en el entorno de los 22.000 millones al año registrados en 2016 y 2017.

Al inicio de 2016 se vislumbraba una cierta recuperación de la inversión de las Administraciones, una rúbrica que incluye desde las infraestructuras hasta el I+D, pasando por inversiones en educación, sanidad, defensa, servicios de la policía o desarrollo de la vivienda. Sin embargo, el Gobierno de Rajoy había elaborado unas cuentas poco realistas, condicionadas por el panorama electoral y que no contemplaban el esfuerzo de austeridad que aún quedaba por hacer. Forzado por Bruselas, en 2016 tuvo que poner en marcha dos ajustes: uno en abril con un acuerdo de no disponibilidad. Y otro cuando adelantó a agosto el cierre de todos los gastos no esenciales. Entre los dos tijeretazos se recortaron unos 5.000 millones de euros. Y el grueso del tajo se centró otra vez en la inversión pública. Como resultado, en 2016 el porcentaje que realmente se ejecutó respecto a lo presupuestado fue muy bajo. En Agricultura, Fomento o I+D se gastó prácticamente la mitad de lo planeado. El desembolso en carreteras se colocó en cotas de los años ochenta. Como la compra de un aparato no se contabiliza hasta que no se ha entregado, en Defensa se llegó al extremo de dejar en los hangares Eurofighters pagados y sin estrenar para que no computasen en el déficit público. Y todo ello hizo que en 2016 la inversión pública acabase en el 1,9%, una cifra que el Banco de España señala como un mínimo de los últimos 50 años.

Con la vista puesta en el cierre de 2017, la cosa no pinta mejor. Los presupuestos de este año también se prepararon bajo las presiones de Bruselas para reconducir el déficit público, todavía en las mayores cotas de la UE. Y para ajustarse, el Gobierno los confeccionó a partir de las cantidades de gasto realmente ejecutadas en 2016, y no sobre la base de los anteriores presupuestos como se suele hacer. Eso ha provocado que estos niveles mínimos de inversión se repitan en 2017. Las cuentas remitidas a Bruselas en noviembre auguran que la inversión de 2017 volverá a quedar congelada en el 1,9%. Sin embargo, según la contabilidad nacional, la formación bruta de capital de las Administraciones está descendiendo un -0,8% hasta octubre. En esos datos faltan los números de los ayuntamientos. Pero estos solo suponen el 20% del total y se encuentran sometidos a la regla de gasto, que limita sus aumentos de la inversión. En consecuencia, los municipios difícilmente podrán engordar la cifra final. Solo un desembolso extraordinario en Defensa podría alterar algo el cierre. Dado que se prevé un crecimiento del PIB para 2017 del 3,1% más una inflación del entorno del 1,5%, la evolución de las inversiones quedará por debajo y perderá otra vez peso en proporción al PIB. Al ritmo de crecimiento exhibido hasta septiembre, se situaría en el 1,88% del PIB. De confirmarse, se trataría del peor dato en cinco décadas y muy por debajo de la media del 3,6% del PIB registrada entre 1970 y 2016.

Las inversiones no tienen nombres y apellidos como ocurre con los gastos sociales, no están comprometidas como sucede con los intereses de la deuda. Por eso, resulta más fácil aplicarles un recorte, aunque según los expertos sean los gastos que más contribuyen al crecimiento futuro siempre que cubran carencias y sean eficaces.

Según un informe del Banco de España, “la contribución de la inversión pública al proceso de consolidación de las finanzas públicas ha excedido su peso dentro del gasto". El organismo advierte de que esta partida, que representa el 10% del gasto, soportó cerca del 60% del ajuste fiscal. Solo Irlanda ha hecho un recorte de la inversión similar. En el anterior ajuste que abordó España en los años noventa, la inversión solo supuso el 22% del recorte. No obstante, el Banco de España admite que el total de infraestructuras acumulado es más elevado que entonces. En 2015, supera de hecho la media europea. Pero eso sí: advierte de que con una inversión tan baja no da ni para el mantenimiento y que, por tanto, se está perdiendo una parte del parque de infraestructuras.

Fuentes del Gobierno defienden que la dotación de inversiones que tiene España es elevada y que parece lógico que no se repongan aquellas que se construyeron sin un sentido económico. Según el Banco de España, las áreas que más sufrieron recortes fueron vivienda y protección social con un ajuste del 80%. En cambio, defensa y orden público sólo tuvieron mermas de entre el 10 y el 20%. Respecto a defensa, fuentes gubernamentales alegan que se trata de inversiones comprometidas y ligadas al mantenimiento de empleos en España.

Según la patronal Seopan, las licitaciones suben un 31% hasta noviembre gracias a las comunidades autónomas y las entidades locales. Eso significaría que este año probablemente habrá una cierta mejora. No obstante, Seopan recuerda que se trata de niveles mínimos históricos: solo representan un 1% del PIB frente a un promedio del 2,6% en los últimos 22 años. Además, estas cifras apuntan que las licitaciones de Fomento caen un 7,3%.


Educación cae a la mitad y sanidad, un 37%

La inversión pública ha caído desde 2009 a la mitad en educación y un 37% en sanidad, según un estudio de la Fundación BBVA-Ivie publicado la semana pasada con datos hasta 2015 recopilados de los Ministerios entre otras fuentes. Según el informe, el desembolso en sanidad, que inició una recuperación en 2014, se encuentra en cotas por encima del 2000. Sin embargo, la inversión en infraestructuras educativas se ha desplomado un 55% y presenta unos niveles todavía un 12% inferiores a los de principios de siglo. El informe destaca que el descenso de la inversión pública en los años más recientes ha sido “tan intenso" que ni siquiera se han logrado mantener las dotaciones existentes de infraestructuras educativas y sanitarias disponibles, lo que “afecta a la calidad de los servicios prestados", concluye.

Respecto a la inversión en infraestructuras de obra civil, otro documento de la Fundación BBVA-Ivie explica que esta ha llegado a retroceder hasta un 60% respecto a 2007 y un 80% sobre 2009, ejercicio en el que se impulsó el gasto por el Plan E. “La inversión de Ayuntamientos y Diputaciones sigue hundida, también en puertos, aeropuertos y zonas urbanas con caídas del 80% sobre 2007. En las inversiones viarias la caída es superior al 40%. Solo se ha recuperado algo la rúbrica del ferrocarril, que ha recobrado unos 20 puntos en dos años después de haber llegado a caer un 60%", explica Matilde Mas, catedrática de la Universidad de Valencia-Ivie y uno de los autores del estudio.


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