Irán confirma la pena de muerte para el médico Ahmadreza Djalali


La televisión pública iraní emitía hace unos días lo que aseguraban era la confesión del médico iraní residente en Suecia Ahmadreza Djalali. El especialista en urgencias aseguraba, de forma tranquila según recoge la BBC, haber espiado para Israel a científicos nucleares que luego fueron asesinados.

Esta “confesión" llegaba a la televisión días después de que el Tribunal Supremo de Irán confirmara la sentencia a muerte del médico de 46 años, en un proceso que Amnistía Internacional ha denunciado como “secreto y apresurado y sin permitir que la defensa presentara documentación alguna".

“Esto no es sólo es un impresionante atentado contra el derecho a un juicio justo, sino también un desprecio total hacia el derecho a la vida de Ahmadreza Djalali. Es lamentable que las autoridades iraníes hayan negado deliberadamente a Ahmadreza Djalali el derecho a una revisión seria de su sentencia condenatoria y de la pena", afirmaba Magdalena Mughrabi, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

Djalali, casado y padre de dos hijos, estaba de viaje de negocios en Irán cuando fue detenido en abril de 2016. Funcionarios del Ministerio de Inteligencia lo recluyeron en la prisión de Evín (conocida cárcel iraní por la reclusión de presos políticos) durante siete meses, tres de ellos en régimen de aislamiento.

Allí, el médico no tuvo acceso a un abogado y denunció que había sido sometido a tortura para obligarlo a “confesar" que era un espía, según denuncia Amnistía Internacional. En agosto de 2017 Djalali envió una carta desde prisión en la que afirmaba que estaba recluido únicamente como represalia por haberse negado a utilizar sus contactos profesionales y laborales en instituciones europeas, académicas y de otra índole, para espiar para Irán, según denunció la ONG.

Así, un año y medio después de su encarcelamiento, en octubre de 2017, fue declarado culpable de “propagar la corrupción en la tierra" por espionaje y condenado a muerte. Sus abogados denunciaron que el tribunal se basó sobre todo en pruebas obtenidas bajo coacción y no presentó nada que justificara la acusación de que era algo más que un académico que ejercía pacíficamente su profesión.

Un mes más tarde, este pasado noviembre, la comunidad científica reunió por primera vez a 75 premios nobel que a través de una carta pidieron públicamente la liberación de Djalali. “Como miembros de un grupo de personas y organizaciones que, de acuerdo con el deseo de Alfred Nobel estamos profundamente comprometidos con el mejor beneficio a la humanidad, no podemos permanecer en silencio cuando la vida y el trabajo de un científico devoto como Ahmadreza Djalali están amenazados por una sentencia de muerte", reza la misiva.

Tanto este grupo de científicos como Amnistía Internacional han reiterado su petición de que se anule la condena a muerte del médico y se le dé la oportunidad de recurrir en un juicio justo.


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