Turchin: La guerra entre las élites


Nuestra época no sólo ha traído más desigualdad, también una sobreproducción de millonarios que, a lo largo de la historia, ha resultado catastrófica. Habrá lucha sin cuartel

Llegan tiempos difíciles. Desde una parte del espectro político se insiste en la desigualdad y en cómo la diferencia de recursos, la caída de la clase media y la polarización económica de la sociedad van a crear mucha tensión social. Desde otro se prefiere señalar al incremento del populismo, a la amenaza islamista y a las grandes diferencias culturales en el seno de Occidente como fuente de inestablidad. Y un tercero señala que el auge de los robots y de la inteligencia artificial cambiarán radicalmente el mundo, con consecuencias inesperadas y no siempre provechosas. Hay muchas amenazas en el horizonte, el futuro se muestra particularmente indefinido y las señales que se perciben no generan confianza.

En este momento de cambio hay algunos elementos que están pasando desapercibidos y que sirven como clave interpretativa de la realidad. Peter Turchin, profesor de biología y antropología en la universidad de Connecticut, ha tratado de entender la evolución social a través de un nuevo instrumento, la Clyodinamics, un método que combina 40 indicadores. Aplicando su modelo, asegura, puede dictaminarse que la inestabilidad social y la violencia política alcanzarán su punto máximo en la década de 2020.

Según Turchin, en este proceso de bifurcación social no sólo un mayor cantidad de personas van a sufrir un descenso en el nivel de vida, a menudo preocupante, sino que también las élites están aumentado su número. El tira y afloja entre la parte superior de la pirámide social y el resto no tiene por qué ser un juego de suma cero, pero a lo largo de la historia lo ha sido a menudo, y este es nuestro caso, lo que ha llevado a que el número de multimillonarios se multiplique. El 1% de hace 30 años es ahora el 2% o más. El número de hogares estadounidenses con al menos 10 millones de dólares en 1983 era de 66.000; en 2010, de 350.000.

Un mundo sin cuartel

Turchin lo llama “sobreproducción de las élites", y es un proceso inevitablemente conflictivo. Los cambios sociales son notables en todos los estratos de la población, y eso significa más competencia y más lucha. Eso ha sido evidente entre las clases medias altas: desde 1970 hasta 2011, el número de abogados en EEUU pasó de 400.000 a 1.200.000 cuando la población sólo aumentó en un 45%. El exceso de letrados es una constante, y algo peligroso, ya que muchos de ellos pidieron préstamos para poder cursar los estudios universitarios con la intención de devolverlo una vez encontraran trabajo, lo que ya no es tan frecuente. Algo similar ha ocurrido en otras profesiones, e incluso en el máster estrella, el MBA, aquel que aseguraba un buen empleo en el pasado. La consecuencia última es que las profesiones cualificadas, de las que se nutrían las clases medias altas, se han sumido en un mundo sin cuartel en el que sólo unos cuantos resultarán vencedores, mientras que el resto verá un descenso notable en su nivel social.

Esto ocurre también con las élites, con consecuencias graves. La sobreproducción, señala Turchin, tiene un papel clave en las tensiones sociales, como ha demostrado la historia. Lleva a una mayor competencia intra-élites que debilita gradualmente el espíritu de cooperación, y a un aumento de la polarización ideológica y de la fragmentación de la clase política. Dado que un mayor número de personas pelean por una serie de puestos restringidos, los choques están asegurados, en especial a la hora de reproducirse. Cuando los hijos de la élite (o los perdedores en estas peleas) aspiran a continuar en esos lugares y son expulsados, se produce un gran descontento entre ellos, que se canaliza políticamente. Aspirantes con recursos, gran formación y notables habilidades se encuentran con que se les niega el acceso a los puestos de élite, aquellos a los que pertenecieron.

2020, año clave

Por esta causa, nuestra época está siendo altamente inestable, y lo será aún más en el futuro cercano, alcanzado su máximo a partir del año 2020. Según Turchin, esto no es una predicción, sino una conclusión científica, argumentada en 'Ages of Discord', su último libro, que muestra cómo en los últimos siglos todo periodo de paz y prosperidad ha sido seguido por otro de inestabilidad política, incremento de las desigualdades y pobreza extendida.

Hay tres ideas que hacen pensar que esta lucha entre élites va a ser cruenta. Por una parte, el proceso de globalización ha llevado a que las tensiones entre millonarios de diferentes zonas geográficas se incrementen en su pugna por los mercados, con grandes empresas enfrentadas entre sí por sacar de los territorios a los ricos locales, en unos casos, o por hacerse con el control de sectores mundiales.

En segundo lugar, si todo sistema incluye esa guerra entre élites, si lo que se juega en el futuro es la supervivencia, esa pelea será mucho más dura. Políticamente tiene su importancia porque cada sector tiene sus candidatos preferidos (las empresas de la energía pueden respaldar a un político y las tecnológicas a otro, por ejemplo), pero también porque cada partido tiene sus propias élites, que pueden verse en peligro por la llegada de nuevos actores. El reciente enfrentamiento entre Trump y Clinton es una buena muestra de este viraje.

Pero lo más relevante de lo apuntado por Turchin es la revuelta de los perdedores. Que las expectativas queden defraudadas (que la vida traiga algo muy distinto y bastante peor a lo que se esperaba) es una de las causas más frecuentes de los enfrentamientos sociales. Entre las clases medias y en las bajas es algo que ya se está viviendo, y que resulta inseparable de los cambios políticos, desde Trump hasta el Brexit, que está viviendo Occidente. Y cuando esta tendencia alcance de lleno a las élites, la confluencia de tanto malestar tendrá, según Turchin, consecuencias violentas.

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