El esfuerzo fiscal de los españoles, en niveles próximos al de finlandeses y franceses



Este indicador nos sitúa por delante de Austria, Bélgica o Finlandia y por detrás de Francia, Italia o Portugal

A finales de los años 50 del siglo pasado, el economista estadounidense Henry J. Frank publicó un trabajo académico con el que pretendía buscar nuevas variables estadísticas capaces de medir el peso de los impuestos sobre el bolsillo de los contribuyentes. Una de las mediciones que sugirió el académico norteamericano terminó siendo conocida como el Índice de Frank.

¿Cómo se calcula dicha ratio? La fórmula es sencilla: pasa por dividir la presión fiscal (que recoge el peso de los impuestos recaudados sobre el PIB) entre el PIB per cápita (que refleja una aproximación al ingreso medio de cada ciudadano). A continuación, Frank multiplica por 1.000 el resultado, obteniendo así un valor final que permite comparar qué países exigen un mayor o menor nivel de esfuerzo fiscal a los contribuyentes.

El razonamiento que da pie al Índice de Frank parte de que no es lo mismo tener una presión fiscal del 40% del PIB en un país con la renta per cápita de España que en una economía con el nivel de riqueza de Grecia. Traducido a la realidad microeconómica, esto es lo mismo que decir que no es lo mismo quitarle el 40% de su sueldo a quien gana 100.000 euros que hacer lo propio con alguien que percibe 20.000 euros.

Grandes diferencias por país

Partiendo de este enfoque, encontramos que el Índice de Frank es de apenas 0,39 puntos en Irlanda, pero llega a los 3,03 puntos en Letonia. De igual modo, los niveles relativamente bajos que arroja este indicador en Luxemburgo (0,5), Países Bajos (1,05) o Alemania (1,26) contrastan con las elevadas tasas que arroja el cálculo para Grecia (2,74), Estonia (2,69) o Lituania (2,66).

Resulta llamativo que los tres países bálticos aparezcan entre los cuatro con mayor esfuerzo fiscal, puesto que hablamos de territorios con una fiscalidad relativamente atractiva, pero también con un nivel de gasto público que ronda el 40% del PIB, situándose en niveles característicos de economías más desarrolladas que estas tres antiguas repúblicas soviéticas.

España aparece en la zona media-baja de la tabla, con una puntuación de 1,51. Dicho indicador nos sitúa por delante de Austria, Bélgica o Finlandia, aunque por detrás de Francia, Italia o Portugal. En el peor momento de la crisis, la combinación de más impuestos y menos riqueza elevó el Índice de Frank hasta 1,76 puntos.



Por otro lado, tras el estallido de la crisis se observa cómo el esfuerzo fiscal aumenta de forma muy sustancial hasta 2013-2014 para, posteriormente, empezar a caer tras la aprobación de las últimas rebajas fiscales por parte del anterior Gobierno del PP.




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