La Casa Real británica anunció la semana pasada
la fecha del compromiso del príncipe Harry con Meghan Markle. Una noticia que, enseguida, tuvo un efecto colateral. El enlace se celebrará el mismo día (19 de mayo de 2018) y en la misma ciudad (Londres) que la final de la FA Cup.
La celebración en la misma fecha de un evento tal como una boda real y el que, probablemente, sea el partido de fútbol nacional con más tradición en el deporte rey británico han generado multitud de debates a raíz de los problemas que podría acarrear esta coincidencia. Partidarios y detractores se enfrentan con argumentos varios, pero lo cierto es que los dos actos tendrán lugar sin cambios.
El problema es aún mayor al ser el príncipe William, hermano de Harry, el presidente de la FA (Football Association). Este cargo implica su presencia en el partido y la entrega del trofeo, pero la celebración de la boda podría dar al traste con una tradición a la que nunca ha desatendido desde que llegase a esa distinción en 2006.
La prensa inglesa se ha hecho eco de este conflicto y la pregunta se repite en las páginas de diferentes cabeceras: ¿Podrá acudir el príncipe William a la final de la FA Cup?. Desde el organismo se intenta transmitir tranquilidad y se asegura que ambos eventos no se solaparán. De hecho, el Telegraph afirmaba que se producirán en horas diferentes, aunque el Daily Mail, citando fuentes de palacio, informa de un hermetismo absoluto sobre el paradero del príncipe William en la tarde del 19 de mayo.
El segundo aspecto que ha generado polémica ha sido el de la seguridad. Existe cierta preocupación acerca del esfuerzo que tendrán que hacer las autoridades para dar cobertura a dos actos de tal calibre que tendrán lugar el mismo día a unos cuantos kilómetros de distancia.
Varias circunstancias confluirán el 19 de mayo: el despliegue de la boda, la cobertura de seguridad del paseo en coche de los recién casados, la organización de dos hinchadas que podrían no ser de Londres (con el trabajo extra del sector de la hostelería que ello conlleva)...
En definitiva, muchos factores que hacen pensar a ciertos sectores que la elección de la fecha ha sido una irresponsabilidad o, como poco, un error de cálculo. Sea como fuere, tanto la boda real como la final de la FA Cup no se moverán de su fecha. Reino Unido en general y Londres en particular tendrán que vivir con ello.